Deberás superar las pruebas Feast y PDEA y te preparamos para ello.
Feast

El FEAST es una prueba digital estandarizada a nivel europeo, desarrollada por EUROCONTROL, cuyo objetivo es detectar el potencial cognitivo y operativo del candidato para desempeñarse con éxito en entornos de control de tráfico aéreo. Es una herramienta sofisticada, interactiva y exigente, que va mucho más allá de un test tradicional: pone al límite la capacidad de adaptación, atención, razonamiento y toma de decisiones bajo presión.
La batería de ejercicios que componen el FEAST evalúa competencias como la atención dividida, la memoria de trabajo, el razonamiento abstracto, la flexibilidad cognitiva, la rapidez de procesamiento y la resistencia al estrés.
Todas las tareas están diseñadas para que el candidato tenga que trabajar con estímulos múltiples, priorizar en tiempo real y sostener un rendimiento elevado a lo largo de una sesión prolongada. La presión del tiempo y la necesidad de mantener la atención durante varios bloques consecutivos convierten esta prueba en uno de los filtros más exigentes del proceso.
No basta con entender la tarea: es imprescindible automatizar la respuesta, regular el estrés y sostener el foco sin perder precisión. Prepararse de forma específica para este tipo de pruebas es, por tanto, una inversión clave para destacar en una fase que selecciona por potencial, no por conocimientos previos.
PDEA

La PDEA lleva la evaluación un paso más allá al introducir al candidato en entornos simulados que reproducen directamente contextos operativos de control aéreo. A través de plataformas interactivas, se le coloca ante situaciones que requieren coordinar múltiples elementos de tráfico, interpretar información cambiante y aplicar criterios de priorización con agilidad y precisión. A diferencia de pruebas más abstractas, aquí se valora la capacidad de responder de forma eficaz en un contexto operativo próximo al real.
Además de lo que se mide, es crucial cómo se mide: los tiempos son ajustados, la información fluye constantemente, y el candidato debe demostrar agilidad sin perder precisión. Es, en esencia, una prueba que revela no solo el potencial técnico, sino también la resistencia cognitiva y la capacidad de adaptación.
La preparación específica para estas pruebas incrementa significativamente las posibilidades de éxito, ya que permite desarrollar las habilidades necesarias no solo para entender la tarea, sino para destacar en ella.
La puntuación máxima de esta fase es de 100 puntos. Para superarla, será imprescindible alcanzar la puntuación mínima exigida en cada uno de los test que la componen y obtener al menos 50 puntos en el conjunto total de la fase.